Para mí consistiría en unas deslumbrantes playas
paradisíacas, aquellas de arena blanca y fina y un agua cristalina y
transparente que se puede ver lo que hay debajo de ti sin bucear. Mares llenos
de corales, estrellas de mar y plantas que se creían ya inexistentes. Este
mágico lugar no tendría aquellos ruidosos atascos de asfaltadas carreteras ni
los nervios ni la tensión tan presentes hoy en día en la sociedad.
Pues ahí tendremos que ir en cuanto acabemos la carrera Bea. Me gusta mucho tu descripción, deja muy claro todo lo que pretendes transmitir por medio de las palabras.
ResponderEliminarMuchas gracias Elena. Ojalá se cumpla este deseo y podamos ir todos juntos a un sitio parecido.
ResponderEliminar